| Playa Los Muertos, Sayulita Nayarit |
paseando en mis días libres por las playas de la zona sur de nayarit, en compañía de mi buen amigo marco cárdenas, su papá, sus hermanas, tatis, arlene, arcelia y sus respectivas familias; lindas personas y buenos amigos todos ellos, incluídos los tres chuchos el buen "món" un beagel piratón (de marco) y el histérico y orinador oficial de pertenencias "joy " un schnauzer (del papá de marco) y "kimi" una perrita boxer (de las hijas de tanaite).
Fuimos testigos de una peculiar situación de rescate animal, un pelícano luchaba por no ahogarse en el fuerte oleaje de ese día 28 de diciembre, tenía su pico y lengua y pata atorados con un anzuelo (currican) de tres puntas con señuelo incluído, resulta que el pobre pelícano ya no la platicaba si no es por la iniciativa de una persona que logró acercarlo a la orilla, de inmediato la gente se arremolinó para ver de "cerquita" al animal, como si fuera atracción turística, pocos hacían algo por ayudarle.
manos a la obra
El papá de marco, al más puro estilo de "jack cousteau", luego se sumó tatis, (arcelia fué a conseguir las pinzas) , Don Marco acudió de inmediato para ofrecer su navaja suiza, que para cuando llegó se dió cuenta que de poco serviría por la gravedad del asunto, la lengua y pico enganchadas por el anzuelo y sin poder salir ya que la barba, (así se llama ese pequeño pedazito de anzuelo que se atora cuando engancha y no permite dejarlo salir) se encontraba haciendo de las suyas, por fin se consiguieron unas pinzas de corte, para poder liberar el acero que hacía sufrir a nuestro amigo el pelícano, me sorprendió ver la sensibilidad de una señora canadiense que lloraba y sufría y portaba un cuchillo de pic-nic en mano porque también se ofreció a ayudar, después de varios jaloneos y cortes de metal el animal pudo quedar libre de su trampa.
Generalmente la gente que va a pescar cerca de peñascos, por su inexperiencia y poca perícia pierden sus anzuelos y estos sirven de trampas para aves y fauna marina como delfines y focas. Al final el pelícano caminó, extendió sus grandes alas como agradenciendo y emprendió el vuelo.
